Vale, me encanta este director. Vale que siempre habla de putas, transexuales y demás en sus películas pero que quereis que os cuente, es su sello, y a mí sólo me importan dos cosas cuando veo una película: lo que cuente y cómo lo cuente. Y Almodóvar destaca en ambos campos.
Su estilo es una especie de híbrido entre el misterio de Agatha Christie fusionado con el costumbrismo y folclore popular español, las situaciones que se dan en sus películas parecen algo exageradas pero todos los personajes conservan un punto que nos resulta familiar y permite que nos identifiquemos con ellos. Son historias de la vida misma adornadas con mucha poesía, hermosos planos y un toque irónico imprescindible. Y además me parece digno de elogio todo el trabajo de realización, el montaje en general, los títulos de crédito, los planos, sobre todo los primeros planos y los plano detalle, la fotografía, el vestuario, la música...
El Viernes tuve el placer de asistir al estreno de su nueva película, Los abrazos rotos y, si bien no es la mejor, sigue su línea y no decepciona al que, como yo, admire su estilo. Una historia de intriga, pasión y celos muy en la línea de la que para mí es su mejor obra, La mala educación. El montaje es exquisito y nunca esperas lo que ocurrirá a continuación, los actores están muy metidos en su papel, sobre todo Penélope Cruz que nunca me ha gustado, pero que tengo que reconocer que en sus últimos trabajos se está superando. Quizá eliminaría a Dani Martín, Alejo Sauras, Carmen Machi y todos esas ’apariciones estelares’ que no aportan nada a la historia y sólo la entorpecen, puede que la última sea la única que tenga excusa por regalarnos unas risas en el momento clave.
Precioso póster, por cierto.
